martes, 7 de mayo de 2013

Memorias de una suicida.

Andar sin saber hacia dónde te dirigen esos pasos; Hablar sin saber que dices; Oír sin escuchar lo que opinan; Mirar el mundo y no ver nada; Vivir pensando en la muerte; Morir en vida.

Te miras al espejo, ves la rabia en tus ojos, la impotencia, las pocas ganas de luchar y te das cuenta de que es tarde, ya te has rendido y nadie puede hacer que vuelvas a recobrar la fuerza, las ganas de vivir.
Estás sola y sabes que nadie en casa volverá hasta la noche. Necesitas sentirte viva, sentir algo más que soledad, que algo te haga romper, llorar.
Corres a tu cuarto y buscas entre los libros pero no lo encuentras. Te poner nerviosa porque sabes que lo dejaste allí y ha de estar allí, pero no está. Aun así no te das por vencida; empiezas a arañarte las manos hasta que acaban sangrando, tiras todos los libros al suelo sin importarte lo que les pueda pasar pero sigues sin encontrarla.
 Tu mente no deja de gritar, de recordar cada malo momento de tu vida, dejando claro que no sirves para nada, que en este mundo no haces más que estorbar, que tienes que morir para hacer un bien a todos los que te conocen. Sabes que nadie llorará, que todos están hartos de ti, que no pueden más. Solo eres un peso que ellos quieren quitarse de encima.
 Gritas de impotencia, lloras y cuando te das cuentas estás en el suelo arañándote los brazos, las manos, las piernas. Penetrando con las uñas en la piel, levantandola, dejando que mane la sangre.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Solo sé que no sé nada.

No sé más allá de lo que me han dado a conocer. No conozco más allá de los barrotes que me apresan. No me apresa más que mi propia existencia. Mi existencia no es más que una llama casi sin luz pero cálida, una llama que me quema por dentro, que me consume. Una llama que se apaga con el transcurso de los días.
Los días no son más que eternos golpes de un tic-tic.
Mi mente se llena de recuerdos. Los recuerdos hacen crecer la llama; me matan.
Fin. El fin es un sueño tranquilo, ansiado y verdadero.
Solo sé que tengo miedo; Solo sé que me he perdido; Solo sé que no sé nada.

~No temas vivir; no temas a la muerte. Teme morir en vida.~

Ahora.

Las mariposas en el estómago se convirtieron en piedras sobre el pecho. La piel ardiente se cubrió por placas de hielo. 
Las miradas penetrantes ya no existen. Las sonrisas no se forman. Ya no hay caricias que me estremezcan.
Los silencios me cortan, me rompen las alas que un día me enseñaste a batir.
Las estrellas ya no brillan, la luna no sonríe, las noches son eternas. 
Ahora ya no eres tú quien me abraza, ahora es el frío y los recuerdos los que están conmigo cada noche. 

lunes, 21 de enero de 2013

Esos momentos.

Esos momentos en que nadie puede ayudarte, donde digan lo que digan tu mente se cierra. Esos momentos  cuando las palabras no te desahogan, cuando hagas lo que hagas sigues pensando en lo mismo. Momentos en que los recuerdos te maltratan, donde tus sueños reflejan realidades del pasado, cuando deseas no despertarte hasta que nada de esto haya pasado.

Escribo, pero las palabras no me escuchan. Escucho música, pero esta no me entiende. Leo, pero ni los libros me distraen. Miro las estrellas, pero ni ellas me cuentan historias.
Siento como si todo me abandonase, todo en lo que creía, todo lo que quería, todo lo que un día tuve. Lo perdí.
Perdí la felicidad efímera del amor, perdí la tranquilidad de una sonrisa y el fuego en los ojos. ¿Y qué gané? Gané la presión que me oprime el pecho, el ardor en los ojos, el nerviosismo de cada pequeño momento cuando estás cerca. Gané el dolor mientras perdía las lágrimas. Gané seriedad mientras perdía felicidad. Cambie emociones por otras.
Esos, esos momentos. 



miércoles, 2 de enero de 2013

Despertarte y sentir felicidad. No sabes por qué pero te sientes feliz, te sientes bien. Sonríes y vuelves a cerrar los ojos.

martes, 1 de enero de 2013

¿Por qué no soñar?

Siempre he estado perdida en mi imaginación, viviendo entre historias, sueños y libros. Quizá esa sea la razón de mi falta de sentido común. 
Tantas veces he soñado que podía cambiar las cosas como los protagonistas de los libros que en ocasiones lo he creído
Todos sueños diferentes y aun así con un mismo patrón. Sinceramente pocos de mis sueños siguen en pie y la mayoría han sido, para mi desgracia, formulados cuando empecé a ser consciente de donde vivo.
¿El mayor y más imposible? Vivir en un mundo sin fronteras, sin banderas, sin barreras. Un lugar donde seas quien seas, seas como seas puedas ser como el resto. 
Por supuesto, sé que esto es un sueño más de una persona cualquiera que ama lo imposible pero, ¿no era imposible pensar que podíamos pisar la luna?, ¿no era de locos poder hablar con personas de todas partes de mundo a través de un teléfono?, ¿no era "cosa de brujería" que puedas ver a una persona en una pequeña pantalla?.... 
Si hemos avanzado tanto, ¿por qué no soñar con que avancemos ahora nosotros?.

~Si crees en algo debes proteger ese ideal, porque nadie más lo hará por ti.~